Si de la mano de Andrew Lau, parece que precursor de los infiltrados de Scorsese, hubiese ido siempre la carrera artística de Richard Gere, no estaría considerado como esta. Y entre estas consideraciones podríamos hablar de que hace el director con la interpretación, creo que acertada una vez mas, del primer gigolo de peso que en cine ha sido. Gere se sitúa entre el asistente social que no es, y el policía especialista en violaciones, con arma letal por mas señas y que acaba siendo temido por las familias a las que pretende ayudar.
Para cumplir su misión, Lau no le da demasiada letra de guión, situaciones de lucimiento, como tampoco el libreto da muchos pies a la oponente Claire Danes que se agarra a un clavo ardiendo para figurar con dignidad en este catalogo de duros y desagradables acontecimientos.
Personajes desdibujados, de bajo perfil y contenido, abriéndose paso en otro producto comercial sin mayor interés artístico, de utilidad si mas no mas espantar a las familias que pueden llegar a pasar por situaciones de una sordidez espeluznante. Nos podemos imaginar lo que puede llegar a hacer Scorsese, este si uno de los nuestros, con la peliculita de Lau. Infiltrado y todo, maravillas.
miércoles, 7 de noviembre de 2007
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