Frente a filmes vacíos de contenido que usan de referente el derruido Berlin, como "El buen aleman" que nos mostró al peor Sodenbergh, "Sin destino"afronta el holocausto con una estética visual fortísima que hace perder la inocencia, si es que alguien no la ha perdido todavia. Su fuerza nace de la obra autobiográfica de Imre Kertesz, Nobel de Literatura 2002, y que el mismo guiono. Lo que no se atrevio es a dirigirla y para ello se lo pidió a Lajos Koltai, esplendido director de fotografía habitual de Istvan Szabo, cosa que hizo hará un par de años.
La transformación del adolescente que era Kertesz, la personaliza el actor Marcell Nagy, en los terribles escenarios que fueron para el, Auschwitz y Buchenwald, por si alguien dudaba todavía, como explica el filme, que si el infierno existe, era allí.
Durante mas de dos horas, el catalogo mas horrible documentado hoy de la humanidad, de hambres, vejaciones y experimentos enfermizos, desfila ante nuestra mirada incrédula, y donde el instinto de supervivencia se antepone a cualquier otra presunción de sentimiento humano.
Una lección de que tempestades pueden llevarnos a la playa de los muertos de Llach.
jueves, 1 de noviembre de 2007
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