El amor es un juego que Morgan Freeman se toma muy en serio después de una agitada vida. donde decide a repartir consejos para sobrevivir en esto del amor. Robert Benton hizo su ensayo general con su kramer contra Kramer para seguir con sus lecciones de cine entre mafiosos con Al caer el sol, Bajo sospecha, Billy Bathgate. la última La mancha humana, La última sesión Nadine, Ni un pelo de tonto, Pistoleros en el infierno, y Un lugar en el corazón . Esto es lo que tiene este veterano director de solida factura, en sus momentos de declive sensiblero y que aguanta con la estoicidad de Dustin Hoffman en Bathgate, los envites de la industria del digital, meneo y coloreo porque asusta mas.
Greg Kinner y Radha Mitchell lloriquean de un flechazo a otro y de un desengaño a otro escarbando en sus sentimientos y los de los que los tengan y quieran rebuscar en las alacenas y desvanes de su vida. A esto dedica su filme este técnico director al que su obra por poca y escogida no ha dejar por menor-El amor es un juego y el cine también. El problema es que cada vez somos mas los jugadores que ya no queremos las cartas marcadas.
martes, 27 de noviembre de 2007
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