No es el método Gronholm. Es como si Luis Piedrahita y Rodrigo Sopeña hubieran pasado la pagina de pasatiempos de un periódico al cine. Es como cuando la pantalla de cine se convierte en una pantalla de ordenador (delete) o en un espacio de videojuego. No es cine. Pero a los que les gusta jugar hasta a la Oca que siempre toca les puede gustar este entretenimiento. Para ello se ha de reunir mediante engaño a cuatro científicos en una habitación para resolver un problema. El problema es que a cada fallo la habitación se estrecha con el consiguiente agobio del personal y en este caso no por falta de detergente. De los pasatiempos Santi Millan seria el chiste, Luis Homar el crucigrama, Alejo Sauras el sudoku y las siete diferencias y Elena Ballesteros, la sopa de letras.
Te ha de gustar mas el cine que el juego para no aburrirse. Y el cinéfilo anhela los grandes horizontes del western o la claustrofobia de Hichcock. Todo sucede y nada es gratuito, como un cartón del bingo. Mientras leías esto, ¿Has elegido el siete de corazones?
lunes, 26 de noviembre de 2007
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