miércoles, 2 de enero de 2008

El bosque del luto

De Naomi Kawase no hemos visto su "Shara". "Mogari no mori", T.O., juega solamente con dos personajes y fue la ganadora además del premio del Jurado del último Cannes. Un abuelo y una joven, con sensibles y dolorosas perdidas en sus vidas, mujer e hijo respectivamente, tiran de la emoción del espectador pero sin interpretarlo. Es el film en el que quizá menos se ha tenido en cuenta que hay gente que paga por mirar. La metáfora, la elipsis, se volatiza e hipnotiza al espectador que contemplaba pasmado su evolución, sintiéndose un poco menospreciado, pero también por ello quiere participar en esta sinfonía de soledad y dolor. Film antiespasmódico frente al frenesí de estos días que también nos obsequia con una luz superior a la de las bombillas callejeras navideñas. El tiempo cataliza el sufrimiento de los protagonistas Saito y Masuda y a la vez enjuaga las dosis que el espectador no especializado puede experimentar de sosez y aburrimiento. El bosque se convierte en un espejo donde descubrir nuestras miserias, tristezas, pero también las hierbas para su curación. Película dura, silenciosa, mística, en la que casi vemos crecer,entre brumas, nuestro otro yo mas liquen, mas musgoso, con menos corteza, con inteligencia y trascendencia.

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