Como en los grandes docmentales, las mejores escenas son las de la observacion natural, cuando la chica protagonista Bertille Noel-Bruneau,mira y admira al zorro. Pero como hay otros animales en la naturaleza, Luc Jacquet tiene que utilizarlos y para ello nada mejor que inspirarse en el maestro DIsney con una narracion que nunca es en exceso didactica para el publico en general y la parte medida de moralina que conlleva el antromorfismo. Quiza exagera la distancia entre el hombre y el animal salvaje, poniendo en medio demasiado suspense y sobre todo demasiado miedo para que sea racional. El film, pero sobre todo su protagonista. rescata para el cine a un publico que solamente ve television. Dice la joven en un momento del film que ha confundido la estima hacia el animal con la posesion. Ello le podria haber hecho perder la sensibilidad hacia la naturaleza, la contemplacion de su espacio y la increible paz que otorga su conocimiento.
El director combina lo natural con lo surrealista todo dentro de un aire documentalista sin serlo en absoluto. Lo peor es la manipulacion digital a que se someten ciertos elementos de la naturaleza que tambien tiene su musica pero no tanta. Ademas de los dos personajes citados salen en este cuento utopico, ciervos,erizos, osos y lobos en un juego espectacular y relativamente social.
Despues de su El viaje del emperador, Luc acude a la fabula fantaseando e idelizandola.Pero es un sosiego acompañar a la joven pelirroja por los exquisitos atardeceres, a la luz de la niebla, con praderas de flores o cumbres nevadas, vagabundeando hasta perderse en el bosque y aprender a conocerlo y respetarlo. El arte de establecer la confianza, la ternura y la complicidad con nuestra aliada la naturaleza.
lunes, 10 de noviembre de 2008
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