Sabéis de mi desprecio por el genero de los asesinos en serie. Pero puedo entender que el bueno de Carles Balague decida bucear, como lo hizo en La casita blanca y De Madrid a la luna, en un material que muestra una mente psicopatica que hace al monstruo terrible y divertido a la vez. Balague nos hace digerible tanto despropósito con algunos gags muy acertados, tipo cabra de la legión, el submarino perdido y la evocacion del viaje de Manuel Delgado, Manolo para los policías que le acompañaban en un viaje por España contrastado con muchas fotos, para reconstruir los crímenes que se pudieron conocer, pues se ve que quedaron muchos por referenciar. En el documental, mas que una investigación, parece una juerga machista, que indica muy claramente de donde venimos en este estado.
Al tal Arropiero se le atribuyen entre 40 y 50 muertes entre los años 60 y 70 repartidas por la piel de toro. Analfabeto, pero con mundo, hizo sangre en Mataro, Marsella, París, Eivisssa, Barcelona, Puerto de Sta. Maria, Roma,... Tanto viaje y errores judiciales merecía un montaje cinematografico muy ágil y muchas aproximaciones a la figura con personajes que intervinieron en su proceso como policía, abogados, y lógicamente psiquiatras.
Balaguer de exquisito xantar cinéfilo con 30 años en la profesión y exhibidor además en la calle Villarroel merece estar al menos en la linea de salida de los proximos Gaudi. Suma y sigue a la crónica negra-negra y mas por reciente, de Adela, L'amor es estrany, Assumpte esteril y Mal d'amors.
jueves, 29 de enero de 2009
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