Cuestión de fusiones que es lo que se lleva ahora. Crónica familiar, en un imperio domestico fundamentado sobre el respeto estricto de la ley y los cauces resabiados del thriller de corrupción policial. El abanico que cubre Gavin O'Connor podría ir desde Serpico a Copland para acabar describiendo el afilado filo que separa el bien del mal, lo aceptable de lo desleal. Todo sazonado una vez mas con grandes interpretaciones como las que se producen entre Edward Norton, Colin Farrell y Jon Voight por ejemplo que entran y perpetuan la gran tradición dramática norteamericana.
Incide el film en llegar un punto sin retorno en que un agente debe enfrentarse a su padre, su hermano y su cuñado, también policías como el mismo, y la desmedida ambición de los cuales va mas allá de un simple caso de corrupción. En el film vemos el lado mas sucio de la ley en un portentoso camino de melodrama criminal que nos lleva a la tragedia en este caso domestica.
El tiempo dirá si es una película mas del cosmos policial americano, pero dentro de su genero de familias conflictivas, de enfrentamientos fraternales y de cuerpos policiales locales mafiosos es de cuadro de honor.
sábado, 3 de enero de 2009
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