Personajes frios impulsan el ultimo metraje animado de George Miller. Desvirtúa el éxito de la primera parte. Relleno de historias paralelas como la relaciones padres/hijos, enviados supraterrrenales, solidaridad contra la violencia, amalgamados con musiquillas menores.Trufado el comic de frases moralistas, el film es repetitivo pues en esta ocasión lo que no sabe el pobre pingüino es bailar. Como su slogan, "cada paso cuenta" y este no hacia falta.
lunes, 5 de diciembre de 2011
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