Es raro que el film de Jalmari Helander tarde dos años en estrenarse después de ganar Sitges.Es raro que aprovechando la inocencia i la ilusión de estos días se perfile un Santa Klaus, Onni Tommila que odia y persigue a los niños.Frío film, mucha nieve y chiste negro alargado a 80 min.Es raro también que quiera revisar la imagen laica del mito de los renos con un terror burdo y mente retorcida. No queda ya tanta felicidad prefabricada, ni consumo excesivo ni alegría alimenticia para que alguien se lo quiera acabar de cargar. Raro. Y mas aún en Finlandia.
miércoles, 28 de diciembre de 2011
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