Las películas alemanas con esta patina de remordimiento, de ganas de ajustar cuentas, de poder decir la verdad aqui y ahora. Y esto es lo que dirige Lars Kraume con una atmosfera peligrosa y contaminante, con los elementos clasicos del nazismo, el autentico espiritu germanico y la epica de cualquier nacion que se considere. Pero lo que podia ser una historia de injusticias propiciadas por la guerra, acaba siendo una historia de espionaje y homosexualidad que espolvorea de humo tupido todo el escenario de maldad. Bauer, fiscal general, judio, gay y socialista, responsable principal del juicio de Austwistz quiere cazar a uno de los principales ideologos el periodo nazi, Aldolf Eischman pero no recibe el soporte de su pais y decide por su cuenta y riesgo, pedir ayuda al Mosad israeli, convirtiendolo ello en un traidor. Convierte con su pasion el film en un thriller de espionaje que funciona como un reloj. En el film, la sociedad alemana debe luchar ( hoy todavia), y pagar su desaguisado de la 2a Guerra Mundial. Burghart Klaussner (13 minutos para matar a Hitler), que da vida a este exiliado judío en su búsqueda de redención, no a través de la venganza, sino de una justicia que sirviera para educar a las futuras generaciones del pueblo alemán. En su misión contará con la ayuda de Karl Angermann, interpretado por Ronald Zehrfeld (Phoenix), aliado incondicional para encontrar a Adolf Eichmann, al que da vida Michael Schenk (El puente de los espías). En El caso Fritz Bauer, cinta ganadora del premio del público en el Festival de Locarno, también encontramos a Sebastian Blomberg (Si no nosotros, ¿quién?), Pierre Shrady (El mundo abandonado) y Daniel Krauss
miércoles, 4 de mayo de 2016
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