Hay películas, sera el calor, que da pereza hablar de ellas. Buscas un poco mas de información y descubres que para esta, Rawson Marshall Thurber ha utilizado tres guiones. Así que insatisfechos deciden juntar a dos actores de color, para equilibrar los oscars, y que su unica diferencia sea el tamaño. Juntos envejecen, y se montan una historia rocambolesca de asesinados y policias que no hay quien la entienda. Decepción de la vida, envejecimiento y una ternura inusual en los asesinatos, aparecen entre la homofobia, el bullyng profesional y la nula política de EEUU en algunos aspectos. Dawny Johnson y Kevin Hart componen para algunos la pareja cómica ideal. Un laurel y harvey como si dijeramos. Pues a mi no me lo parecen. Encuentro las replicas tardías, si que cumplen los parámetros de el gordo y el flaco, pero su continua comparacion los convierten en muñecos, marionetas diría, que no les deja margen a una improvisación que le hubiera venido muy bien al filme. Y no solo van a la contra de sus caracteres sino también de sus físicos, alguno del so cuales impone de verdad. Las bien calculadas apariciones de escenas de acción logran que el personal se olvide de que esta intentando ver un film de espionaje, poco mas que el titulo, y rompa el tedio que el produce una intriga argumental que se cayó en el puente de los espías o se quedo en el mito de Bourne. Amy Ryam y Aaron Paul, también se juegan la carrera en el casting.
sábado, 16 de julio de 2016
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