Susane Bier nos gusto con Después de la boda. Ahora quiere informarnos de la relación entre una viuda reciente y el mejor amigo de su marido, personajes por cierto bastante diferentes. La muerte cambia entre ellos una amistad que se presumía fría y distante. La directora danesa se equivoca al presentarnos este inicio del filme bajo el dogma de Lars von Trier. Halle Berry es una ama de casa buena y su próximo partenaire, Benicio del Toro un adicto a la heroína y que además viendo los derroteros de la película se monta su fiesta interpretativa particular en un alarde de vestir un papel de pato mareado. Quizá el movimiento dogma, su nerviosa y plano corta cámara, nos ayude a entender la desestructuracion de la familia, pero en absoluto a sentar las bases de la nueva relación. Para convencernos acude Bier al truco del flash back, interaccionando en lo posible los nexos de unión referidos al esposo encima asesinado que no hacia ninguna falta.
Una experiencia americana de la europea en la desesperada búsqueda de Hollywood de encontrar algo culto y europeo para su publico mas intelectual, menos sanguinario en serie.
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