lunes, 28 de abril de 2008
Lars y una chica de verdad
Estamos hablando de una comedia de la que parece que no se quiere hablar, de Craig Gillespie. Detrás del enamoramiento de un joven tímido por una realista muñeca, hay una gran interpretación de Ryan Gosling, una enorme soledad, un miedo inmenso a relacionarse, el dolor que provoca el desamor y esto no hace incomprensible que sus amigos y vecinos le sigan el juego para ayudarle. También evidencia con la comedia y la farsa al limite, los limites del ser humano para soportar situaciones y hasta donde es posible llegar en la magnanimidad hacia uno mismo para transmitir emociones. Oiremos hablar que el Tamaño natural de Berlanga era mejor. No. Era otra cosa. Aquí importa mas el esfuerzo social para adaptar a uno de los suyos con dificultades afectivas que el aspecto meramente sexual, origen nazi de las muñecas. La comedia de Craig, no pretende juzgar el estado terapéutico mental de Lars. No importa lógicamente la interpretación de la muñeca de látex Bianca. El film evoca la bondad como proceso de curación de un problema del tipo que sea. Bianca sustituye con mayor precisión el papel que en tantas ocasiones llena una mascota, relación en la que tampoco suele haber lascivia. El film es un canto a la vida, un camino hacia la felicidad elegido libremente y como parte de un proceso. No se si he explicado porque no se quiere hablar de esta película.
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