Despacharemos hoy en un solo blog dos documentales musicales. Del de Scorsese, a pesar de no conocer hasta una hora antes las canciones y de llenar el escenario con 18 cámaras que agobiaban totalmente a los míticos Rollings Stone, decir que me quedo con la retransmisión de TV3 del concierto del año 90 en el Camp Nou de Barcelona, donde no había ni imagenes de archivo que no aportan nada, ni dúos con Jagger que aportan menos. Y es que los magníficos Rollings, después de 40 años rodando fagocitados en el sistema, ya no pueden ser los chicos malos que eran a pesar del gran merito que tienen.
Julian Temple ha hecho con el cantante de The Clash y The Mescaleros lo que sabe: buena documentacion y ritmo musical como ya hizo con Absolute Beginers y Vigo:historia de una pasión. El filme expresa especialmente el desencanto del cantante y líder al descubrir que el movimiento punk es otro estalinismo y que hay pocas diferencias, quiza las cremalleras, con el movimiento hippie. Conocedor del tema por sus anteriores films sobre Sex Pistols lo expresa todo en cuatro planos. Lo demás, documentacion bien escogida e intercalada, con entrevistas delante del fuego donde esta mas cómodo el astro y la buena sensacion de que mas que un film sobre un personaje, lo es sobre su tiempo. El punk muere cuando la misma canción de The Clash es interpretada en un pequeño local en directo y después en una gran estadio con el publico como hormigas. Nada tenia sentido y había que cambiar otra vez.
domingo, 6 de abril de 2008
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