domingo, 4 de mayo de 2008
Definitivamente, quizas
Original el planteamiento de Adam Brooks. Ante la pregunta de una chica a su padre de como conoció a su madre, este le relata tres encuentros o relaciones sin especificar nombres en un juego divertido para que sea ella quien adivine. Juego si, pero también tristeza y lamento genérico por todas aquellas propuestas de enamoramiento que no acaban funcionando o que no prosperan pese a sus posibilidades amatorias. Muchos desencuentros proporciona aquella`primera y entrañable visión. Un instante mágico en el espacio y luego el desarrollo de los personajes otorga momentos desagradables y poco intimidad verdadera. Y lo peor que la amnesia deseada no llega para unas historias de amor dolorosas y que no querrían ser recordadas . El azar sometido al guión obliga a alguna secuencia tan olvidables como los amores, pero lo que si tiene el film aun que los utilice que se mantiene respetuoso con todos los secundarios o contrincantes en esto del amor. Una comedia romántica donde nadie se sentirá insultado y menos fuera de ella. Ni el propio Clinton durante cuyo periplo politico se reproduce la historia. Un paseo por la angustia que conlleva la madurez y que consigue la felicidad según la ruleta de la vida. Optimismo y sensacion de futuro especialmente en las jóvenes RAchel Weiz, ISla Fisher y Abigail Breslin. Ryan Reynolds carga con la parte menos determinante aunque sigue creyendo en los poderes curativos del amor y sus valores personales, todo hilado con la melancolía natural. Quince años de una vida es poco para evaluar los fallos, para enmendar errores viene a decir la fabula. Consuelo y ambicion o aventura es lo que suele quedar de un naufragio de desilusiones y cinismos a veces innnecesarios pero siempre crueles. No seria mas fácil bifurcar los caminos con un apretón de manos y deseando buena suerte. Quizás no, definitivamente si.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario