Autor también del extraordinario documental Hermanos Oligor, Joan Lopez Lloret hace en este documental un paso mas encima de la expresión tradicional del esquema de este tipo de filmografia. No se limita a recopilar testimonios, pegar y cortar de gran validez periodística y histórica sino que subraya en cada pasaje la intención social y la visualizacion estética, una de sus máximos logros en esta utopía nada utópica. Analiza y se inmiscuye en el interior de las revoluciones que son un sueño por irrealizables de momento en nuestro imposible mundo global.
Lopez Lloret dedica el filme a su preceptor y maestro Joaquin Jorda, recientemente desaparecido quien le inculco que el documental era una ficción muy real y mejor que un homenaje la mayoría de las veces. Otra militancia que marco a Lopez Lloret fue la militancia de su madre y el propio Jorda en la Organización de Izquierda Comunista, enmarcada en el espacio anarco troskista y que el realizador televisivo vivió como en un sueño perpetuo revolucionario. Dando acogida en su casa a numerosos chilenos, argentinos y nicaraguenses que huían de su respectivas dictaduras aquel niño queda ensimismado en las historias que contaban los huidos y sus amigos catalanes que quisieron vivir de cerca la revolución sandinista. Sus recuerdos y la colaboración del periodista suizo Walter Tauber, que fue quien realizo una de las ultimas entrevistas al terrible dictador familiar Anastasio Somoza, fueron la semilla de este documental que revela el espejo roto y las contradicciones de la que parecía la ultima revolución posible. Gracias Joan por recordarnos este sueño utópico ahora que tanto mal hablamos del 68.
lunes, 12 de mayo de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario