Claude Chabrol, uno de los grandes del cine francés actual y del que un día os escogeré su veintena de obras favoritas, descarga entre nosotros, sin querer, casualmente, su chica cortada en dos, en este caso Ludivine Sagnier, con el escandalo habitual, generando la envidia de siempre entre el culto a la inteligencia privilegiada, pero demostrando que el espectador puede fiarse de el y que una vez mas le puede depositar su poco de emotividad.
Chabrol pone en boca de un personaje si el mundo va hacia el puritanismo o la decadencia. Se pregunta si el resultado social actual es por la indiferencia o por la incertidumbre que sin apoyos nos alcanza a todos. Cineasta mordaz, acaba acotando los deseos e inquietudes de sus personajes reduciendo casi sus necesidades a casos clínicos. Su película es una nueva forma de investigar el código genérico de sus congéneres. Un escabroso crimen pasional producto de los celos traducido para la Francia actual, examinando conductas, la autodestruccion del amor, la supervivencia frente a la soledad y la perversidad inmiscuida en las clases sociales como germen de su decadencia. Un colofon mas a una carrera de 50 años funcionando como un reloj de los que cuelga en sus residencia de la burguesía francesa donde acontecen todas sus miserias y debilidades humanas. Un maestro de la intriga policiaca o no. Entre sus mejores retratos snobs del film, ricos, pedantes y descarnados destacan Benoit Magimel y Mathilda May. Gracias por este Puro Chabrol en la ceremonia de la flor del mal.
Los demás estrenos si hace falta citarlos son El cielo dividido- Honeydripper- La Crisis Carnívora- La isla del las almas perdidas- No tan duro de pelar- Sentencia de muerte- Sultanes- Un lugar en el cine- Una chica cortada en dos y Una noche para morir.
sábado, 17 de mayo de 2008
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