domingo, 18 de mayo de 2008

Honeydripper bluesbar

John Sayles, ignorado por Hollywood, tiene una filmografia que habla por si sola del porque. Entre otros titulos, Casa de los Babys, El hermano de otro planeta , El secreto de la isla de las focas, Els vuit eliminats, Hombres armados , La ciutat de l’esperança, La tierra prometida, Lianna, Limbo , Lone star o Passion Fish en las que como hoy, nos lleva de una crónica realista hacia una cierta metáfora, donde un joven guitarrista llega a una ciudad y la abandona un tiempo después dejando un halo evanescente de relaciones personales y una huella musical indeleble. Al estilo de The commitments de Alan PArker, aquí el músico también esperara la llegada de un grande guitarrista de blues que no llega nunca o tarde y del que realmente no sabremos si ha existido nunca. El que llega huyendo es un joven negro que toca como los ángeles, Guy Clark Jr. En su guitarra extraña y de evolutivos sonidos nos instruirá sobre el paso del blues al rock and roll y que sirve a Sayles para defender la tesis que el cambio musical es previo al social. El film esta sustentado en la quimera de un dueño que no quiere perder su local (Danny Glover), frente a la presión especulativa blanca y que hará frente con todo lo que tenga a su alcance al embargo. Quizá es el testamento de Sayles en una Alabama de los 50 antes de subirse el mismo al dragón khan liberal, recordemos que ha escrito el guion de Las crónicas de Spiderwick, pero aborda el tema de la segregacion racial, la sombra de Obama es alargada, con neutralidad y con el punto lúdico que le confiere esta majestuosa y rítmica música que sale del corazón del pueblo, exhibiendo con ella los profundos desequilibrios sociales que existen en la puerta de este blues bar.

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