Intenta Belén Macias hacer una película carcelaria de mujeres innovadora y no lo consigue. Aunque Candela Peña sea una funcionaria de prisiones progresista y que no cesa de insuflar esperanza a las reclusas Veronica Echegui, Ana Wagener, Violeta Perez, Blanca Portillo o Patricia Reyes Spindola,en los momentos mas desesperantes de soledad y desanimo. Candela no solo les da afecto, sino que además les surte de una herramienta, una obra teatral, para poder superar la desidia y sobre todo intentar conseguir algo mas de integracion.
La verdad es que al grupo de reclusas transpira un tono impuesto, lejos del realismo carcelario, una secuencias bienintencionadas en las que se narran cosas durisimas de sus vidas con una suavidad que no se corresponde en absoluto ala gravedad de lo contado o sucedido. Dándose cuenta de ello, con imprecisión, la directora ha introducido contrapuntos de choque que desentonan con el suceder violento del día a día de aquella prisión.
Que El deseo de los Almodovar este detrás y hubiera sido otro, tampoco significa nada. El realismo de Macias esta muy verde, aunque se puede sumar con sus presidiarías a las princesas y mataharis que en el cine español ya han sido.
miércoles, 1 de octubre de 2008
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