Que el argumento fuera concebido por Spielberg hace 20 años, no es hoy en día garantía de nada, recordando además algún bandazo del rey midas del cine. El agiornamiento hace que veamos mas al gran hermano y al gps que el espíritu georgeorweliano que parece presidir este tipo de historia. Cualquier miembro /a de la sociedad esta bajo control, pecuniariamente, pero todavía mas con su móvil y mensajes que le sitúan en el espacio a cada momento como vemos cada dia en las noticias para bien y para mal. El film complejo, en manos de D. J. Caruso que no es Spielberg, y cuyas otras conspiraciones son Disturbia, The Shalton sea, Vidas ajenas, apostando al limite y Juego mental, se abotarga, se emborrona excesivamente, amenizando el guión con diversas teorías sobre las nuevas formas de terrorismo. Para salirse todo y a falta de otra mano maestra, se adopta al final una solución hitchcoktoriana, que ese si que sabia demasiado.
Caruso que debe haber bebido mucho, pero no sabe en que fuentes, coge retales de enemigos publicos tipo Tony Scott, de la hora señalada con atentado previo secuestro infantil o celular por donde también se reciben instrucciones previa retención matrimonial. Puesto todo en la cocktelera y mezclado con ardor y sin azúcar vemos como una mujer es obligada a cometer un atentado teniendo a su hijo y hermano menor militar amenazados, espiados, analizados y manipulados al detalle.
jueves, 16 de octubre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario