Empieza esta pelicula pequeña de Samu Fuentes, como para esperar que todo el mundo este sentado, pero no, es para mostrarnos en unos 20 minutos de silencio total como es la vida en estos paramos salvajes que habitan cuatro cabras y su cuidador. Contempla tambien este paisaje fuera de la civilizacion, las ansias de dinero y una mujer . Un fino personaje, gran deficiencia de maquillaje, sobrevive enfrentando se a los lobos sin un rasguño de experimentado cazador y soltando solo de vez en cuando alguna frase filosofica tipo "la vida dura no tiene porque ser mala". Mario Casas esta mejor cuando interpreta a Jeremiah Johnson, es un decir, que cuando se tiene que desenvolver con la civilizacion cuando se funde la nieve. no es extraño si contemplamos el infinito numero de hogueras, y hacer negocios con su propio padre. La unica vencedora del match tecnico es la imagen, superlativa frente a los dialogos, que por infimos tienen su que. Algun grupo levantara su voz por el intercambio de una mujer por la pieles que no se podra ni poner. Casi no hablan en el film Ruth Diaz, Quimet Pla Irene Escolar y Josean Bengoetxea.. Ambientada en los años 30, cuenta la historia de Martinón, el último habitante de un pueblo aislado en la montaña. Sólo baja al valle una vez al año, y en una de esas llega a un acuerdo económico con el molinero para casarse con su hija, lo que cambia radicalmente su vida. Para preparar el papel, no sólo tuvo que engordar, también aprendió a poner cepos, a seguir el rastro de animales, a distinguir sus excrementos, ordeñar cabras o tratar pieles. No hay manipulación en el montaje, es él quien lo hace todo en pantalla. "He aprendido a oler mejor, como los lobos", bromea en las entrevistas próximamente se dejará ver como el fotógrafo Francesc Boix, superviviente de un campo de concentración, en El fotógrafo de Mauthausen. Martinón es, en todo caso, lo más alejado a un galán: es bruto, habla poco, come con la boca abierta y prácticamente viola a su mujer en las escenas de sexo.Hay que tener en cuenta el contexto de la película, el mundo rural y los años 30, para comprender a los personajes, aunque en el caso de las mujeres hay dos casos opuestos. Ruth Díaz representa a una mujer sumisa, que acepta lo que el sistema patriarcal le impone, mientras que Irene Escolar se rebela y lucha por su libertad. Una de las cosas más interesantes del rodaje fue trabajar con tan poco texto. Los personajes transmiten todo con sus cuerpos, sus miradas, apoyados en el ambiente, los sonidos, los silencios y la música. El director y guionista Samu Fuentes ha tardado nueve años en poder llevar a buen puerto este su primer largometraje de ficción. La inspiración la encontró paseando un día por el monte en Asturias, cuando un amigo le contó la historia real de Martinón, un pastor que había comprado a su mujer a finales del siglo XIX. A lo largo de estos nueve años, el proyecto ha cambiado mucho. Al principio iba a ser un documental, luego vio el potencial dramático y pasó a ficción, y en el "casting" se barajó a Antonio de la Torre como protagonista, pero al posponerse el rodaje no pudo hacerlo y fue así como surgió la opción de Mario Casas.
sábado, 10 de marzo de 2018
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