lunes, 5 de marzo de 2018

Foxtrot

Un matrimonio queda destrozado cuando varios oficiales del ejército les anuncian que su hijo ha fallecido. La rabia crece ante las excesivas muestras de luto de sus familiares y las palabras bienintencionadas de los burócratas del ejército. Su madre, sedada, descansa mientras el padre se sumerge en una espiral de ira para experimentar uno de esos giros insondables de la vida, a la altura de las surrealistas experiencias que vivió su hijo durante su servicio militar. Foxtrot recibió en 2017 el Gran Premio del Jurado del Festival de Cine de Venecia. Es la segunda película del guionista y director israelí Samuel Maoz, que vuelve a la cámara ocho años después del estreno de Líbano, ganadora del León de Oro en 2009. Con un formato de tragedia griega clásica, esta historia sobre un padre dolido con la muerte de su hijo es narrada con una estructura de tres actos, en la que el protagonista se crea su propio castigo mientras lucha contra las personas que intentan salvarlo. Además, este drama habla de un conflicto entre la culpa y el amor, que debe enfrentarse a un dolor emocional extremo. Se refleja así una historia sobre dos generaciones en Israel, la segunda de los supervivientes del Holocausto nazi y la posterior, ambas marcadas por sus propios traumas durante el servicio militar. Los protagonistas del filme, que también aborda la idea de destino para hablar de las cosas que se pueden controlar y las que no, están interpretados por el israelí Lior Ashkenazi (Pie de página), la actriz francesa Sarah Adler (Meduzot) y el debutante Yonaton Shiray.

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