Duplicity

Tony Gilroy dirigió con acierto Michael Clayton, pero también era el guionista de los tres Bournes trepidantes. Como descanso en su carrera ha querido filmar su bond particular, recordemos que Clive Owen había sonado en vez de Craig, pasado por el tamiz de la pantera rosa. Pantera que encarna una Julia Roberts que habrá cobrado la intemerata, elegante, ágil, felina y bálsamo para el espectador harto de tanta barbarie cinematográfica y prodigando una química con Owen que muchas querrían.
El film internacional de espías, viaja por Italia, NY, Londres o las bahamas, pero curiosamente sin persecuciones olimpicas, sin carreras de coches, sin acción en los tejados, sin casi armas, y practicamente sin peleas y asombrense, sin gotas ni una de jugo de tomate-sangre. En definitiva lo mejor del film es que los protagonistas y Tom Wilkinson o Paul Giamatti han dejado la adrenalina en casa.
En Duplicity, quien mas quien menos es ex-agente, que no han perdido el instinto de traicionar o engañar. La pareja se encuentra en Dubai en una fiesta en la embajada norteamericana del 4 de julio del 2003. A la cama y a la anestesia le siguen el robo de unos documentos de alto secreto. Los proximos cinco años son de un flash back incesante que obliga al espectador a retener cualquier dato para que no falte ninguna pieza en el puzzle magnifico de topos, agentes, sospechas, timos, espionajes, trampas, incluida una formula innovadora y también secreta contra la calvicie. Pero en ningún caso Gilroy nos ha tomado el pelo, por lo que le estamos doblemente, por duplicidad, agradecidos.