Patrick Tatopoulos se limita a reproducir la narrativa de los primeros capítulos, sin ningún carisma, amores prohibidos, colores pesadisimos, y batallas tontas y sanguinolentas entre los vampiros histéricos y lobos digitales a manadas. Un robo del comic sin interés.
Otra de las perdidas mas importantes de esta tercera entrega es la ausencia de Kate Bekinsale embutida en su traje de latex y es un handicap insalvable. Apenas lo cubren Michael Sheen, Bil NIghy y Rhona Mitra. La inútil secuela continua con acción frenética y estilizacion gore.
miércoles, 18 de marzo de 2009
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