A medida que la historia progresa, nos acordamos de El efecto domino y La ventana secreta, y como entonces la película va perdiendo sarcasmo para ganar en buenos sentimientos, que gracias a la vulnerabilidad del personal, no acaba de caer del todo en la papanateria a pesar del final final feliz, tierna como un pedazo de ternerillo.
Sin inventar el genero, David Koepp se las compone para revitalizar situaciones comunes familiares adaptandolas el genero impasible británico con la ironía hiriente que ello comporta en el absurdo.
Comedia pues romántica que se echan a la espalda Ricky Gervais, Greg Kinnear, Tea Leoni y Kristen Wiig, en la que vivos y difuntos resuelven sus temas pendientes con personajes polifaceticos que se vuelven a reír de si mismos. Y de nosotros de paso.
martes, 3 de marzo de 2009
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