David Yates, no confundir con Peter, un grande, solo ha realizado La chica del café. Aquí fuerza el rizo del Potter habitual hacia la amenaza, lo tétrico, el expresionismo mas pictórico y una atmosfera de premonicion entre sombras y noches. El mal, que se ha encarnado por fin definitvamente en Helena Bonham Carter y Alan Rickman en su linea ambigua, enfatizan la palidez de un producto esperemos ya definitivamente muerto y que solo la magia de pacotilla puede hacer continuar.
Al otro lado nos queda un Daniel Radcliffe entrañable, vulnerable, enamorado y adolescente que se pierde en su aventuras tipo dragon kahn. Un mareo de barcas abracadantes, que chocan con norias donde te clavan varitas mágicas en los omóplatos y que se estrellan en el amerizaje del tobogan de agua, único momento de paz del film de eterno niño aprendiz de mago.
Con el misterio del príncipe, la autora de la serie JK.Rowling ha conseguido lo que sin duda le propuso el editor y es que no entendamos nada. La juventud en celo y magos que parecen marines son los protagonistas junto con Rupert Grint, Emma Watson o Maggie Smith de las peripecias de esta sexta entrega que solamente hace desear que en las tinieblas del invierno, el mal nacido de Voldemort con sus artimañas, les haga desaparecer a todos.
martes, 21 de julio de 2009
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