Pagafantas

Gags simpáticos en forma de homenajes, que cada uno reconocera según su bagaje cultural mitológico, y la buena dirección de actores de Borja Cobeaga configuran una ingeniosa película. Actores que van encontrando su papel como el cautivador Gorka Otxoa, la dulce Sabrina Garciarena y los veteranos Kiti Manver y el memorable otra vez Oscar Ladoire. Nos transmiten la fuerza de un director novel que esperamos no la pierda en próximas ediciones.
Un debut pues estimulante, con un pragmatismo escénico y un tono parsimonioso e inocente, casando con hilo fino las escenas y con un ingenio poco habitual para los diálogos y especialmente una comicidad que no hace honor al titulo. Conocedor como nadie de las raíces del genero, llega a confundir en un acierto de guión el trafico de drogas en un colegio con la extracción de piedras de un riñón, en una secuencia que por si sola justificaría el film.
La película es una comedia romántica a la española con un toque de modernidad con dardos a la sociedad mal organizada, como esa salida inicial nocturna para tomar copas los miércoles bajo la denominacion de los nuevos viernes.
Lejos de la idiota comedia juvenil azote del mal fario del virus televisivo y la sal gorda, la película huye del amaneramiento conocido para descubrirse como algo original, divertido, cine de aire puro, un respiro ante tanta pedanteria de autor, ante tanta pretensión de legado cinematográfico. Borja Cobeaga, nominado al oscar con el cortometraje Eramos poco, merece un aplauso por su buen rollo de 80 minutos de calidad.