Stefano Bessoni ha realizado una película sin luz y sin luces. Sin luz, la imagen del cine muere y la oscuridad, aunque en el espacio lo parezca, no es sinónimo de atmósfera, y tensión. Si hubiera visto lo que es el expresionismo alemán, no habría cometido los homenajes que pretende. Como si de un manual de bolsillo del cine de terror se tratara y en orden alfabético van apareciendo, fantasmas, asesinos, artefactos varios, demonios interiores y exteriores, cuevas psicológicas, sectas, muertos y fenómenos paranormales en un guión deshilvanado y groseramente estúpido. A la histérica música e histérico montaje se añaden las peor construidas interpretaciones de Albero Amarilla, Geraldine Chaplin, Leticia Dolera. Oona Chaplin y Alex Angulo, que debe añorar sus épocas con Alex de la Iglesia.
El escenario de una escuela de cine enmarca el pésimo trabajo de un alumno escasamente aventajado que se empeña en demostrar lo que sabe. Nada. O se salto las clases. Todas.
lunes, 27 de julio de 2009
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