domingo, 25 de octubre de 2009

Eden al Oeste

Costa Gavras contaba sobre su film: "Yo he querido hablar sobre todo de la gente de Occidente, de cómo nos comportamos con los inmigrantes. Por un lado, los queremos expulsar; por otro, los necesitamos para el trabajo sucio, y los humillamos y degradamos. El humanitarismo es una falacia, solo lo ejercemos si hacerlo no nos causa molestias. De todos modos, no está en nuestra mano poner fin a esta situación, sino en la de los gobiernos. Mi madre solía aconsejarme que me mantuviera alejado de la política, porque por culpa de ella mi padre fue encarcelado, pero la política forma parte de todas las relaciones humanas. No hay nada peor que el individualismo.
Ver una película no es como asistir a una conferencia o a un mitin. Las grandes joyas de la ficción son, a la vez, reflexiones sociales y entretenimiento. Edén al oeste está muy influenciada por Tiempos modernos, porque, como Charlot, su protagonista es perseguido sin cesar por la policía y no puede comunicarse con palabras. Yo siempre trato de introducir humor en las situaciones más dramáticas, incluso en películas como Z o La confesion.
Como inmigrante cuando llegué a Lyón desde Grecia en 1954, me sentí rodeado por un frío terrible, y por edificios lúgubres y por gente que me escrutaba, y mi primer impulso fue tomar un tren de regreso. Pero en Francia descubrí qué significa ser libre, leer y discutir, algo que en mi país era imposible a causa de la censura. Pero eran tiempos de esperanza, en los que era posible encontrar un empleo. El mundo parecía avanzar en la dirección correcta.
Y lo que hemos visto nosotros es una cinta bienintencionada y comprometida.Si la estructura remite a su obra anterior, el tono va sin demasiado criterio de lo burlesco a lo severo, de la comedia a la tragedia.Costa-Gavras sigue a lo suyo.
Si en sus inicios formuló las bases de un determinado cine político (Z) y después se ha prodigado con filmes sobre las dictaduras latinoamericanas (Desaparecido),
el fascismo en EEUU (El sendero de la traición), la herencia hitleriana (La caja de música) o la relación entre el nazismo y la iglesia (Amen), ahora toca el tema de la inmigración ilegal en Edén al Oeste.
Es básicamente la crónica de los avatares de un joven turco que recala en la costa italiana, se esconde en un club turístico y viaja a París.

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