Lionel Baier ha ejercido un film sobre la critica cinematografia que todavia no es un genero, si exceptuamos el varapalo merecido de Nanni Moretti en Caro Diario. Esta es la cronica de la fascinacion que un mundo ajeno ejerce sobre un personaje camaleonico, con gran facilidad para representar lo que no es, especialmente cuando entabla una relacion con una prestigiosa critica de cine. Es la historia de como llegar al fascinante universo de la critica y que con pequeños salvese quien pueda, es un conciso y util manual para arribistas.
El hombre protagonista llega a un pueblo para trabajar en el diario local, donde una de sus funciones es hacer la reseña de las peliculas que se exhiben el fin de semana. Con este menester, atribuyendose conocimientos que desconoce, dandose un falso baño de cultura, haciendo cortar y pegar, y colandose en proyecciones profesionales, logra hacerse un nombre entre la critica mas conocida.
Asume pues Robin Harsch un protagonismo perverso que pocas veces se da al personaje del critico o cronista cinematografico. Este reciente film suizo parece recuperar las heridas todavia abiertas de la vieja reyerta entre las revistas francesas Positif y Cahiers de Cinema para reconstruir una historia de amor entre dos de sus destacados colaboradores.
Natacha Koutchomov, Elodie Weber y Georges Henry Depraz secundan el peso dramatico de unos profesionales normalmente censurados por los importantes intereses que hay detras del producto, vilipendiados, sino humillados o castigados. Una profesion parece que entendida como ridicula y pedante, condenada a desaparecer victima de la falta de espacio en los medios, de la avalancha de becarios desconocedores de John Ford, perseguidos por la falta de ideas de los guiones, trovadores liricos de la poesia cinefila y devorados finalmente por la ominosa bestia creada por ordenador de cualquiera de lo que hay ahora mismo en la cartelera.
miércoles, 14 de octubre de 2009
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