Pulcra y profesional historia la de este heroe de la escritura, a cargo de Michael Grandage. Apuntes interesantes sobre un tipo desociedad subida en el glamour, uqe un excelente, tro, traajo dColinFirth hacesubir la gradacion del nivel artisitico del conjunto. Basada en la vida real de un editor insigne, Ed Scribner, que reunio en su editorial a Hemingway, Tom Wolfe o Scott Fitgerald porejemplo. Reecupero hoy para mi blog al gran Oti Rodriguez Marchante, para dar un respiro a mi sentdo critico pero tambien poruqe es un honor poder invitar, a el y a su pagina. Ahi va pues la perfecta concision de el escritor de criticas.
Película impecable, vestida, escrita y dicha con notable gusto y elegancia, todo ello tan en desuso como de lo que realmente habla: de la aceleración imparable de la fuerza creativa y del freno y la pausa del trabajo bien hecho. Y cruza dos modelos de vida para empapar la pantalla de ello, el del gran editor Max Perkins, un tipo meticuloso que impulsó la obra de escritores como Hemingway o Scott Fitzgerald (sólo apuntes de personaje en la película), y el del extravagante, impulsivo y genial escritor Thomas Wolfe.
Película impecable, vestida, escrita y dicha con notable gusto y elegancia, todo ello tan en desuso como de lo que realmente habla: de la aceleración imparable de la fuerza creativa y del freno y la pausa del trabajo bien hecho. Y cruza dos modelos de vida para empapar la pantalla de ello, el del gran editor Max Perkins, un tipo meticuloso que impulsó la obra de escritores como Hemingway o Scott Fitzgerald (sólo apuntes de personaje en la película), y el del extravagante, impulsivo y genial escritor Thomas Wolfe.
Tan distanciados en personalidad como los dos singulares actores en su tono interpretativo. Colin Firth hace un complejísimo trabajo interior que recubre su apacible y pulcro aspecto exterior, y sugiere todo el entramado de emociones de alguien que pastorea la literatura salvaje y torrencial de Wolfe, al que Jude Law consigue descoyuntar en lo físico y en lo emocional, transmitiendo toda la tortura de escribir y vivir atropelladamente.
La propia piel de la película, bañada de una luz triste y emotiva, deja entrever la influencia casi solar de ese escritor asfixiante en su entorno, tanto en la gris existencia del editor como en la vida de esa mujer-circunstancia que interpreta con total doblez Nicole Kidman. El guión es cristalino y sabe esconder la «suciedad» en sus esquinas, el juego equívoco de las relaciones, los celos, el equilibrio entre lo que se da y lo que se quita a una obra de arte…, la ambientación y las interpretaciones son notabilísimas…, pero hay un vuelco de pasión, o de verdad, que la película no llega a derramar por completo, como si fuera una emoción fría, o como mucho recalentada
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