Segunda parte del film de Steven Soderbergh del magnifico biopic sobre el Che, dividido en dos partes por su largo metraje (268 min.) como se comprobó en su exhibicion en Cannes. La gran critica de ahora, después de haber alabado el insigne trabajo de Benicio del Toro en un film realista en el que se rodaba incluso a la hora exacta en que acontecieron los hechos, es que hace demasiado para ser creíble. A quien molesta todavía la lucha continua y suicida de mito de la generosidad que todo el mundo con corazón ha tenido colgado alguna vez en la habitación?. Ahora resulta que el Che de Benicio no es el autentico, se rechaza su punto de vista ideológico y ya no es un héroe sino que esta ciego en su utopía y es un terrorista destructor. Ningún critico ni político capitalista destruirá a estas alturas el mito. Y los que quieran, después de ver el film heroico, podrán volver a lucir su camiseta con orgullo.
Porque unos hombres asediados en la jungla, incomprendidos por el pueblo sencillo y campesino acostumbrado al yugo del poder y con líder que ya había dado su salud por la revolución mundial, solamente podían aportar su vida y la gloria de las causas perdidas. No se puede decir que el cansancio y la suciedad les apartaba de sus ideales y sensibilidad política, ni que las inteligentes escaramuzas en inferioridad, quitan la razón y el alma a un Che que dicen solo estar al servicio de la muerte.
El martir revolucionario, acude a Bolivia en 1966, después de haber abandonado todo en la Habana, hoy sabemos porque. Solamente le guia su fe indestructible en que las victorias pueden repetirse en la historia y a veces esto no es así. Mientras dirige sus tropas por la selva, se suceden la reuniones entre Rene Barrientos y la CIA para asfixiarle definitivamente. En medio de los tiroteos, o cuando estos amainan, los protagonistas nos arengan con discursos sobre sus estrategias políticas o sus creencias ideológicas. En el film sus seguidores Franka Potente, Joaquin de Almeida, Marc Andre Girondin, Lou Diamond Phillips o Oscar Jaenada, han engrandecido aun mas su leyenda. Y recordemos que la noche antes del 23 F, Kissinger, partía del aeropuerto de Barajas.
sábado, 28 de febrero de 2009
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