Paul McGuigan lleva y conduce el film como un caballo desbocado. La velocidad es tan frenética que no solo le sacan todos los puntos, sino que es imposible ver todos los defectos del argumento y la mínima estructura del guión. Ni ritmo ni compás. Lejos del film como tal se podría quedar en un piloto de prueba para una serie televisiva.
Esta incomprensión citada, esta trama inexistente, pretendería crear una mitología paranormal, como si de una esperada fiesta se tratara. Ciencia ficción trampa, que ha bebido en fuentes demasiado reconocibles y no por eso mejores productos y que atesoran a unos personajes, Chris Evans, Dakota Fanning, Camilla Belle o Djimon Hounsou, todas ellas con poderes extraterrestres, lectores de mentes, predictores del futuro, el que menos con telequinesia, cambiantes en cualquier aspecto y a los que una idiota e inverosímil agencia estatal, intentara, ¿con éxito?, atrapar.
miércoles, 25 de febrero de 2009
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