Los estrenos son, aparte lo que depare la Berlinale, La historia completa de mis fracasos sexuales- La teta asustada- Nick y Norah: una noche de música y amor- Slumdog Millionaire- Roman Polanski: Wanted and Desired- The Reader (El lector)- Viernes 13.
Incapaz de escribir una sola linea sobre este esperpento de Marcus Nispel os transcribo lo que ha sido capaz de expresar Julio Llerena, a quien podemos agradecer el comentario.
Con la última aparición de Jason Voorhees en el cine, en Freddy vs. Jason, donde midió fuerzas con su "colega" del horror, Freddy Krueger, parecía que se habían agotado -por fin- las aventuras del lunático de Crystal Lake. Y es que ya lo habíamos visto morir, revivir, regenerarse y hasta pasar unos días en Nueva York. ¿Podía hacerse más? Contra todo pronóstico, sí. En épocas en que todo blockbuster de antaño está pasando por la fórmula del remake, Friday the 13th no podía escaparse a la ola.
Hasta ahí todo bien. Lo malo es que realmente parece haber poquísimo nuevo que contar en la historia de Jason. Astutamente, Michael Bay y Marcus Nispel, respectivamente productor y director de este filme y de la versión moderna de Masacre en Texas, comprimieron vagamente las cuatro primeras partes de la saga de Viernes 13 en esta nueva película.
La cinta abre en el momento en que la madre de Jason Voorhees es decapitada por una de las chicas de un campamento de Crystal Lake, ante la mirada atónita de su hijo. Tras ese flashback, la cinta nos devuelve a nuestros tiempos: un grupo de chicos regresa al campamento... sólo para acabar empalados, decapitados o achicharrados por el psicópata.
Semanas después, Clay (Jared Padalecki), el hermano de una de las víctimas (Amanda Righetti) llega a buscarla por todos los rincones de Crystal Lake. Allí se encuentra con otro grupo de adolescentes que van a pasar un fin de semana, pero antes de que puedan bajarse del auto, ya Jason los tiene en la mira y comienza a acabar con ellos...Es curioso ver estas películas donde, desde el comienzo ya sabes cómo va a acabar todo. La fórmula se mantiene inalterable: la chica buena, el héroe, el cretino, las party girls (¿es necesario que siempre sean rubias?), algo de sexo y pechos, y uno que otro chiquillo medio tarado imposible de tomar en serio. ¿Acaso no sabemos desde el principio quién de ellos vive (o muere de último) y quién tendrá la muerte más sanguinaria?. Claro, el cine de terror, sobre todo el que surgió en los ochenta, necesita de estas fórmulas para poder contarse, de modo que si alguien espera una historia extraordinaria en cualquiera de las ya 12 entregas de Viernes 13 se va a llevar una decepción enorme.Lo que los fans de Jason Voorhees quieren es el suspense, el bosque, la niebla, el desván oscuro, el susto, el grito y litros de Hawaiian Punch saliéndole del cuello a las víctimas de turno. En ese sentido, la cinta no falla. En todos los demás, sí.Puaff!!
viernes, 13 de febrero de 2009
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