Hablemos hoy del ultimo film, un drama además, en la carrera de Manuel Gomez Pereira y servirá de paso para glosar los Goyas 2009, bien repartidos y que no han creado mas polémica que el robado en el ropero de una discoteca a Albert Solé al mejor documental, que ya es ser miserable.
Una relación de infancia entre Clara Lago y Alvaro Cervantes, merecedor también del Goya al actor revelación, marcara su existencia y su futuro como adolescentes. Frente a la gran solvencia de Pereira como guionista, ha dejado algún claro oscuro como las relaciones paterno filiales que ensombrecen la película y la esquematizan en demasía.
Novela homónima de Inma Turbau, ejemplifica en una relación la gran diferencia entre amor y pasión, en la Gerona de finales de los 80. O lo que es lo mismo, la funesta consecuencia que siempre trae consigo un amor mal llamado obsesivo, con lo que de posesión y falta de libertad comporta. Y con mas intensidad cuando el nexo de unión es un secreto terrible que separa mas que une. De ello saben Abel Folk, Adriana Ugarte y Mary Murray.
Film generacional y novela negra, Pereira se redime de su cine correcto pero intrascendente como fueron Boca a boca, Cosas que hacen que la vida valga la pena, El amor perjudica seriamente la salud, Entre las piernas, Porque le llaman amor cuando quieren decir sexo , Salsa rosa o Todos los hombres sois iguales. Y es que el cine no es un juego. Sostiene Pereira que si no hubiera encontrado estos actores no habría hecho la película. Yo le creo.
lunes, 2 de febrero de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario