Dito Montiel nos había obsequiado con un inicio de carrera que fue Memorias de Queens, donde también conseguía captar a la perfección el ambiente de Nueva York, su luz, sus servicios publicos y privados, las masas pisando Times Square y con su habilidad para con las atmósferas nos cuela sus limitaciones como narrador de historias.
El otro único alieciente del filme son las escenas de las luchas que compensan toda la prevision y poco interes de sus resultados finales. La autenticidad de las peleas choca frontalmente con lo absurdo del relato que lo absorbe en sus carnes, como los golpes, el protagonista pobre Channing Tatum. Pero no le van a la zaga con diálogos horribles Zulay Henao, Terence Howard y Michael Rivera.
El boxeo clandestino en Nueva York centra la atención, el vicio y las apuestas de los trajes grises oscuros de Wall Street, que aburridos y podridos de dinero, apuestan en estos brutales combates amateurs que poco se diferencian de las peleas de gallos. Alguien podría pagar un curso de dirección tipo master a Montiel para que puliera los detalles mencionados.
miércoles, 20 de mayo de 2009
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