A pesar del buen pulso guionista de David Planell, el filme empieza de forma titubeante de los que se recupera medida que pasan los minutos adquiriendo fuerza menos en las secuencias de la mujer de hacer faenas. Este hecho le hace parecer intermitente, a fogonazos. En todo caso se redime con su sensacionales diálogos y una buena dirección de actores.
Alberto SAnjuan y Natalia MAteo son un matrimonio joven que adopto un niño hace un año. La convivencia es complicada y el pequeño no se integra. Superados por la situación, intentan mantener la débil armonía familiar erosionada totalmente en poco tiempo. El film nos sitúa con los hechos consumados. A través de la relación de la pareja con la supervisora de la adopción y con la empleada del hogar y cuidadora del niño, personaje este de gran protagonismo, (Brandon Lastra Cobos) el filme recompone acontecimientos acontecidos al grupo del pasado mas reciente. Maria Aledo, Norma Martinez y Esther Ortega quieren explicarnos, no solamente porque el chico no se adapta sino también las dudas anteriores del matrimonio.
Para el director es mas importante la contundencia del texto que la puesta en escena, que no domina con la misma soltura. Todo que un poco pequeño, que no una verguenza, para demostrar una tesis con solo dos escenarios y tres personajes de calibre.
sábado, 2 de mayo de 2009
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