lunes, 4 de mayo de 2009

Sicko

No me gusta el estilo bonachón, manipulador y oportunista de Michael Moore, pero entiendo que en la America avant Obama sus pseudo documentales sean un varapalo. Si alguna de sus obras salvaría seria precisamente Farenheit 9/11. Estas estrellas tipo Al Gore tienen unas elevadas dosis de egocentrismo y autosuficiencia. Siempre en sus trabajos falta la documentacion, el contraste, las otras opiniones, los contrarios o los acusados, alguna cosa que de perspectiva desde otro ángulo. Su provocacion acerca de la idílica Cuba y su supuesta increpación megáfono en mano a Guantanamo suena tan falso como la entrevista al fusilero Charles Heston en su alegato contra las armas. Algunos se van del local como hizo Heston, viendo la estafa de la conversión, dejando a Moore y sus supuestas buenas intenciones, plantado.
Seguro que la sanidad norteamericana tiene fallos increíbles y antisociales, pero ya lo sabíamos. Pero para denunciarlo Moore rueda en Canadá, Gran Bretaña, y Francia, - se olvida de nuestra interesante SS SS.- y les agradece su gratuidad? y cuidados al menor constipado a cargo de una legión de médicos que velan por nuestra salud o huyen al país donde les pagan mas, cerrando el circuito del mercadeo del cuerpo con virus.
En el documental vemos a un joven operarse a si mismo la rodilla para ahorrar o un hombre que solo pudo pagarse la reposicion de un dedo de los dos amputados. Cutre si que aparece la sanidad publica americana en el documento que la emprende acto seguido con las empresas aseguradoras, analizando sus formularios y que dan por supuestas enfermedades ya contraídas.
A su lado Adeslas, Sanitas,... son Santa Teresa de Calcuta. Y que dure.

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