El tratamiento que da Remi Bezançon a su obra es natural y esto hace que la acción discurra de forma automática. Esto hace que la selección musical coincida a la perfección con la estética de cada capitulo que nos marca los diferentes tiempos subrayando sobretodo los momentos nostálgicos. Con la extraordinaria ayuda de los actores, Jacques Gamblin, Zabou Breitman y Deborah François, el film sortea todos los tópicos sobre el peaje de la vida y su progresión hacia la vejez, adaptandolos con inteligencia al universo que nos quiere mostrar.
La película con una desconcertante estructura es fluida en cuanto a la gran capacidad de observacion que posee. Esto le permite conservar el protagonismo de un personaje sin detrimento de los contenidos de los que no están en plano, sin romper el ritmo y reforzado la narración.
Un retrato de familia con la crónica en directo de las jornadas mas decisivas de cada uno de sus miembros. Con momentos de alegría y grandes tristezas también, el filme recuerda los momentos que dejan huella en nuestras vidas, captando los momentos mas fugaces y los olvidos mas afectados. Cinco puntos de vista diferentes sirven al director para interpretar la adolescencia, la mediana edad, los rituales de iniciación a la sexualidad, la perdida de la virginidad y hasta las tentaciones con el adulterio. Cinco capítulos con luz propia que se proyecta en la cólera, la complicidad, la ternura, la indignación y la solidaridad.
domingo, 21 de junio de 2009
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