Si alguna poesía había tenido la saga de Terminator, esta entrega de McG, es todo lo contrario con Christian Bale incluido, que no sabemos si Batman se los perdonara. Ruido, odio, lucha desmesurada, amores kleenex, niños del nunca jamas, miradas perdidas y rellenos de cine de verano al aire libre donde lo importante no es el film sino la fresquita del anochecer.
En la primera entrega de James Cameron del 84, el bueno de Arny, si entendí bien, con su cuerpo de robot humano luchaba contra el futuro manipulando las paradojas del viaje en el tiempo. McG, pasa de zarandajas del tiempo y con su paleta de demolición, llena de colores marrones y grises, la emprende con todo menos con Torremolinos que yo sepa. Para darle carnaza con que luchar le ponen a John Connor, repetidor de Terminator 2 (1991), aunque ahora es Bale, a Sam Worthington, Anton Yelchin y por poco a la sosa Helena Bonham Carter , Frankenstein forever, perdida como siempre en su habitación con vistas. Demuestra el film que el destino de algunos es destrozarlo todo para poder seguir produciendo y alargar el ciclo del capitalismo salvaje y el consumo a ultranza. Las instrucciones del libro del destroce y su posterior ejecución es de visión agobiante pero resultona como terapia. Ya que no puedes en casa, pues hala a disfrutar de la violencia gratuita que paga la productora y todavía queda el resquicio para pensar que otra cosa se podía haber hecho con la herencia de Cameron y el permanente dilema sobre el sentido de la vida del ser humano. Tampoco amplia mucho mas la rebelión de las maquinas de Mostow en el 2003.
Cuarta entrega pues sobre la lucha entre los supervivientes del Juicio Final y las maquinas en el 2018, 14 años después de que el programa informático Skynet haya declarado la guerra a la humanidad, con la acción situada en lo que queda de California, en lo que supone una critica de McG al soleado solar que gobierna hoy el otro Terminator, Arnold Schwarzenegger, que parece estar acabando con el en otro tiempo prospero estado de la Union.
jueves, 11 de junio de 2009
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