Hou Hsiao Hsien, El maestro de las marionetas, nos ofrece un arranque de película de gran belleza y poesia como toda su obra, en una encendida declaración de amor a la ciudad de París, en la que un globo rojo, sigue por subterráneos, tierra, rió y aire al niño protagonista Simón Iteanu. El chico es hijo de una marionetista, Juliette Binoche, de vida complicada que tiene una nueva cuidadora, una joven oriental que estudia cine y rueda continuamente con su cámara digital, Fang Song. Sobre ellos se centra el foco del filme. El director y guionista se limita a fisgonear sus vidas a partir del globo que todo lo ve, tal como suena, sin edulcorantes ni dramas. Como el globo el filme es gaseoso, ligero, fresco, un poco demasiado hinchado y lleno de atravesar nubes. Una obra serena con un gas de postmodernidad que sera muy valioso en un futuro no muy lejano.
Un homenaje al museo parisino de Orsay, inaugurado el 2006, a través del cuadro de Félix Vallotton, Le ballon y otro al film de Albert Lamorise de casi el mismo nombre. La inauguración provoco la convocatoria de películas con el centro de arte referencia. Solamente esta, y la de Las horas del verano de Assayas, han llegado a producirse de momento. Y las dos con la gran Binoche.
sábado, 18 de abril de 2009
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