Película, otra, vasca de interés, que llega en un momento complicado de definición de los equilibrios políticos y ancestrales de este bello país. La inminente muerte de un hermano con quien había roto relaciones años ha y su petición para reorientar la vida de su hijo, un prometedor pero desconcertante pelotari, son el motivo de reencuentro tan necesario como doloroso. Gorka Merchan en su primer largo, ha querido expresar tantas cosas que no le han cabido dentro de la casa del padre, porque como el mismo dice, también había de cosas de fuera.
Curiosamente la acción empieza con el regreso de este antiguo pelotari y coherente empresario que huyo de su país amenazado por ETA, para instalarse durante 10 años en Argentina. Ninguno de los magníficos actores que bordan el film es vasco, a saber, Emma Suarez, Carmelo Gomez, Juan José Ballesta, Alex Angulo o Verónica Echegui, quizá por que todavía da miedo hacer según que películas y el director ha preferido conseguir la inmensa tensión que refleja el film solamente con actuación sin deja aflorar sentimientos que estos si pueden ser mal interpretados por quien no tiene entrañas ni perdón.
Merchan estaría de acuerdo que su película río, merecería una segunda parte y que en casa de nuestro padre es muy difícil que quepa todo, o sea, terrorismo, exilio, extorsión, lazos rotos, superación personal, mística de la independencia, deporte genuino como la pelota vasca, -recuerden los gemidos y aullidos , -ayes y uyes,-que procuro el documental de Medem,- y la recomposición de una familia y una sociedad. Complejo amigos.
domingo, 5 de abril de 2009
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