Christopher Barratier, después de entusiasmarnos con Los chicos del Coro, nos muestra en esta especie de cruce entre Delicatessen y La rue del Percebe,13, que una comunidad que se une frente a la adversidad, puede triunfar, si además, el guión sigue con fidelidad lo que ocurre en el interior de cada piso. Pero lo que se forja a traves de la vecindad de la escalera para dar fuerza al edificio o entramado, en este caso diluye y resta, lo que desconcierta al espectador.
Homenaje nostálgico a los musicales franceses de los años 30 y al realismo poético de los 40, todo el film como era de esperar, rezuma sentimentalismo, que no es malo para los tiempos que corren, y para ello se nutre de algunos tópicos folclóricos que beben directamente de los espectáculos del music hall parisiense de evocador pasado. O sea todo menos natural y alcalino.
Barratier tiene 45 años, y lo demuestra con su concepción del cine social que nos articula. El helenco que viste al filme es de categoría como siempre en la comedia francesa: Gerard Jugnot, Clovis Cornillac, Kad Merad y Nora Arnezeder. El peso de la producción alemana también en notable en el desarrollo del affaire del vecindario.
lunes, 13 de abril de 2009
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