El filme de Tom Tywker parece que es una película de viajes. Visita sin tregua NY, Estambul, Lyon, Berlin, Milán, con un recorrido muy tenso y que a veces incomprensiblemente por hazañas del guión, se hace disfrutable. En el equipaje queda su longitud, una solida realización, unas imponentes interpretaciones de Naomi Watts,Clive Owen, Armin Mueller-Sthal y Ulrich Thomsen, que son parte fundamental del atractivo de la película como sucedió recientemente en Duplicity.
En la película se especula sobre las grandes redes del poder mundial, en este caso un banco de Luxemburgo, que viene disfrazado mas de malo de James Bond que de poder factico al uso financiero. El banco compra armas de tecnología punta en todo el planeta, con lo que controla los hilos de la política en todas partes, decidiendo, les suena, cuando deben darse los golpes de estado, en que continente, donde actúan los terroristas, etc. Quien atisba algun indicio, muere al minuto fulminado, hasta que se enfrenta a ese poder internacional de sombra alargada, un agente de la Interpol y una fiscal de NY, nuestros tenaces y esforzados héroes.
Desatacamos la escena de accion en el Guggenheim neoyorquino que deja el museo como si fuera un utensilio de cocina. También la sintonía cargada de adrenalina boicotea algún indicio de cultura, provocando el descanso y desconcierto en el espectador.Un filme serio, con escasos gags y que prosigue marcando la oscilación del genero de espías e intrigas policiales hacia un centro de gravedad menos esteril, mas de denuncia, mas beneficioso y útil para la sociedad global que padece estas dictaduras expoliantes.
miércoles, 29 de abril de 2009
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