martes, 28 de abril de 2009

Liverpool

Mientras analiza con una atención implacable un determinado y enfermizo ambiente, Lisandro Alonso logra retratar un mundo banal sin participar del mismo, sin ceder a sus tentaciones pictoricas y sobre todo sin hacer un paripe trascendente.
Como hizo en Los muertos, el autor vuelve a detallar el regreso de un marginado a su hogar situado en el limite de la civilizacion y donde quiere mesurar la idea de hasta donde es permisiva la humanidad actual.
Cine antidramatico, que mantiene al espectador en la media distancia, golpeando lo justo a través de Juan Fernandez, Nieves Cabrera o Giselle Irrazabal, ocultándole toda la información que no es básica para seguir el hilo argumental. Minimalista en la interacción, empatiza con las relaciones familiares poniendo una gran carga emotiva en las confrontaciones entre seres poco queridos y peor alimentados.

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